Si se consume de manera moderada y no en cantidades excesivas, puede ser vital para la resolución de problemas. Un estudio respalda la teoría.
El estudio lo hizo la Universidad de Illinois, en Chicago. Los participantes eran personas saludables y jóvenes; 40 voluntarios se dividieron en dos grupos de 20. Tuvieron una serie de acertijos y problemas a resolver.
El diferenciador entre un grupo y el otro era sencillo: 20 participantes podían beber lo equivalente a dos vasos de vino o medio litro de cerveza en cualquier bebida alcohólica de su elección.
El primer ejercicio era de palabras. Debían asociar las tres palabras que les daban los investigadores, proporcionando una cuarta palabra. Les dijeron “rápido”, “moneda” y “cuchara”. Ellos necesitaban una cuarta palabra que uniera las características de todas. En este caso, siendo “plata”. Los ligeramente ebrios resolvieron más rápido que los sobrios.
Por supuesto, cabe destacar algo muy importante. Una investigadora reportó lo que muchos hubiesen pasado por alto. Es extremadamente bueno notar lo sigiente, pues tiene la finalidad de no causar riesgos en la salud y en que el estudio no se malinterprete:
“Pusimos a prueba lo que pasa cuando la gente está ligeramente ebria, no cuando beben en exceso.”
La conclusión del estudio es que cuando nos concentramos de más en un problema, nos cerramos a posibilidades nuevas de solucionarlo. Para las respuestas creativas y las formas interesantes de abordar una problemática, es necesario un estado mental relajado, flexible y amplio.
Estar un poco alcoholizado nos pone ahí. Una vez más, no significa beber hasta perder el control.
Fuente: https://www.soycarmin.com